“Es
fundamental saber bien lo que es éticamente correcto para uno mismo; lo que
está uno dispuesto a hacer o no hacer; pues mejora la vida, contribuye al
bienestar psicológico, aligera mucho la carga existencial” Marie-France
Hirigoyen
Todos tenemos medidas o espacios que no deseamos traspasar nunca; todos tenemos ética, pero reconocemos que hay diversas varas de medir la ética, la legalidad, el buen hacer, la implicación, el “hasta aquí estoy dispuesto a llegar”.
Debemos ser intransigentes con el respeto a nuestra decisión. Nunca debemos saltarnos los que con anterioridad nosotros mismos nos hemos puesto como freno, como lugar más alejado, como frontera que no debemos cruzar.
Nuestra obligación es sentirnos bien siempre, intentarlo al menos.
Y nada intranquiliza más que saber y convivir con diversos saltos en el vacío, con errores éticos, con indisposiciones morales muchas veces auspiciadas por otros que nos manipulan.
Si tenemos que ser débiles, que nadie se entere, que nadie nos vea y que no afecte a nadie nuestra debilidad.