Juan José Millás es como Francisco Umbral pero en moderno, incluso como en simpático, en cercano, en cuentista del siglo XXI.
Parece que hace reír, pero si rascas solo un poco ves que deberíamos llorar con sus letras, sufrir un poco (más) y tras ello quejarnos amargamente por que haya escritores así, crueles con los lectores, que les enseñan sus basuras sociales sin darse cuenta que los lectores también sufrimos.
Los articulistas cuentan noticias sin sacar imágenes que se mueven, simplemente retratando retazos de sociedad para que cada uno les pongamos el color que más nos guste a la condesa, a la chica del metro o al perro del hortelano.
Trasmiten vida para que la coloreemos nosotros como aquellos dibujos de niños que nos regalaban con lápices. Todo es en blanco y negro hasta que le ponemos nuestro color. Últimamente estamos tan vagos, que ya no queremos ni pintar la vida de color.
Trasmiten vida para que la coloreemos nosotros como aquellos dibujos de niños que nos regalaban con lápices. Todo es en blanco y negro hasta que le ponemos nuestro color. Últimamente estamos tan vagos, que ya no queremos ni pintar la vida de color.
Leyendo a Millás te das cuenta de que te está entregando trozos de sociedad pero sin terminar, para que cada uno la adaptemos a nuestro gusto. Y todos estamos encantadísimos de conocernos, pero no de conocerlos a ellos.
Los que nos rodean no viven, solo molestan, solo circulan a nuestro alrededor. Sin ellos simplemente nos aburriríamos muchos, pensamos mientras nos hacen gracia si los retrata un buen escritor de doble sentido.ASí que os recomiendo que leáis a Millás, que tiene doble lectura, se puede disfrutar con sus fotografías o se puede sufrir, depende de cómo te vaya ese día la moral.
Los que nos rodean no viven, solo molestan, solo circulan a nuestro alrededor. Sin ellos simplemente nos aburriríamos muchos, pensamos mientras nos hacen gracia si los retrata un buen escritor de doble sentido.ASí que os recomiendo que leáis a Millás, que tiene doble lectura, se puede disfrutar con sus fotografías o se puede sufrir, depende de cómo te vaya ese día la moral.