Son tiempos de intentar vender más y se complica mucho ayudar a este deseo desde la publicidad, pues cada vez hay menos consumidores con capacidad de compra. Sean personas o empresas, instituciones o agrupaciones. Se intenta optimizar el medio en el que se coloca la publicidad, por su alto coste y por el deseo de intentar tener unos resultados óptimos. Pero el consumidor sabe defenderse y cada vez es más escaso el tiempo que dedica a atender un anuncio.
La novedad es el único camino. Hoy se están vendiendo perfumes con pequeñas historias que más parecen un tráiler de una película de suspense que un anuncio comercial de colonias. Es una manera de lograr la atención y que una marca se quede unos segundo en la memoria del consumidor.
La imagen en publicidad es muy importante. La imagen sugerente, la de alta calidad, la que enseñe e indique un producto sin que sea de manera directa, la que acompañe a una historia, la que sepa hablar. Un texto muchas veces pasa desapercibido, una imagen no tanto y es capaz de ser recordada mucho más tiempo que un mensaje. Pero crear una imagen de calidad es más cara que un mensaje de texto.
El futuro nos indicará hacia donde van las inversiones en publicidad, cuando estas crisis vayan pasando y tengamos que incidir sobre mercados que se irán recuperando. Todos necesitarán invertir en publicidad para darse a conocer, pero muy posiblemente los medios serán otros, la formas de dirigirse al consumidor serán diferentes. ¿Nos estamos preparando para estos cambios publicitarios?