Miguel Martín es el presidente de la patronal de los bancos en España (AEB), y ha asegurado que "para proteger a las personas que están en peligro de quedarse sin casa, hay que dar más créditos y edificar más casas y no poner trabas a que el crédito resurja cuando hay problemas", en alusión a la posible revisión de la ley hipotecaria por parte del Gobierno.
Podríamos analizar estas palabras desde el humor, desde el desconocimiento de lo que nos ha sucedido en estos años anteriores, incluso pensando que quien las dice no sabe bien lo que dice. Pero no es así. Él sabe bien de lo que habla y nosotros abemos bien qué nos ha pasado por construir más cientos de miles de viviendas que entre Francia y Alemania juntas.
Que se nos diga que la solución pasa por volver al boom inmobiliario es tanto como decir que lo mejor para los bancos es tener más clientes, con independencia de que pueda o no puedan pagar. Si lo que queremos es crear trabajo de manera artificial, ya vale de pensar en inventos inmobiliarios absurdos, pensemos si acaso en atención a las personas, en educación, en sanidad o en justicia. Pero más ladrillo no, por favor, que ya no nos engañan nadie.
Es cierto que la banca privada es muy necesaria en un sistema capitalista como el que nosotros tenemos, por que así lo hemos decidido en mayoría, que no de manera absolutista. Forma parte de nuestro sistema como una herramienta más. Pero eso no quiere decir que no haya otros sistemas o que incluso haya que modificar usos de las herramientas, pues los abusadores se han pasado de rosca.