No es sencillo saber envejecer con éxito, adaptarnos a una vida con algunas limitaciones pero también con ciertas libertades, a la que hay que aprender a vivir sin que nadie nos enseñe, dentro de ella aunque no siempre nos guste, pues nunca antes nos habíamos planteado alcanzar, y sobre todo sin saber en qué condiciones lo haríamos.
Tener una buena educación preparatoria, una sensible aceptación y percepción de la salud física y mental, saber ser optimismo y creer en la capacidad de recuperación son elementos que influyen a la hora de conseguir envejecer con éxito,
Por su parte, saber adaptarnos y ser flexibles y lograr huir de la depresión influyen a la hora de conseguir un envejecimiento exitoso, casi tanto como escaparse de los problemas que repercuten en la salud física de cada persona.
A partir de los 50 años de edad se entra en una fase de madurez diferente que hay que asumir con alegría y calma, sabiendo que son periodos nuevos en los que se entra para vivir: ¿os parece poco?.
Debemos preguntarnos sobre las enfermedades crónicas, las posibles discapacidad que ya nos acechan, así como el compromiso social y la relación familiar que traemos como mochila a estos periodos nuevos. Tras respondernos sabremos qué debemos cuidar más, qué debemos reconstruir.
Debemos preguntarnos sobre las enfermedades crónicas, las posibles discapacidad que ya nos acechan, así como el compromiso social y la relación familiar que traemos como mochila a estos periodos nuevos. Tras respondernos sabremos qué debemos cuidar más, qué debemos reconstruir.
Tan importante es tener muy buena salud como saber ser adaptativos a la salud que tenemos.
Y encontrar nuevas formas de alegría, de entendimiento de la vida, de entretenimiento vital. Es mucho peor tener una depresión persistente que una salud física con achaques. Por eso no debemos caer en las ansiedades, en las angustias depresivas si nos falta salud, pero al final será peor el resultado de la depresión que el de la falta de algunas vitalidades que antes teníamos.
Y sobre todo recordar que son periodos que nos pertenecen a nosotros, que no debemos regalarnos ni convertirnos en criados atados a obligaciones persistentes. Mucho menos si no son reconocidas o no nos agradan.