No es posible comprar otro, tirarlo y recambiarlo, hacerle cambios en profundidad. La higiene, el cuidado dental, controlar el estrés, saber qué debemos comer y qué no controlando los excesos…, logrará que la salud dure más, que la propiedad más cara que tenemos dure más y que nos cueste menos tener que “arreglarla”.
Pero esto mismo sirve para la lavadora, el coche, el secador de pelo, el teléfono móvil, el ordenador o la cámara fotográfica.
Todo está preparado para el consumo rápido, para el recambio sin haberse roto, para ir recambiando sin sacarle todo el tiempo de uso posible. Los fabricantes quieren que tires a la basura algo que todavía funciona. No quieren que repares nada.
Si un elemento del hogar, un vestido, un mueble o un pequeño electrodoméstico logras alargar su vida útil un periodo de un 50% más del habitual, estás ahorrando mucho en tus cuentas del medio plazo.
La ropa puede durar mucho más de lo que realmente la usamos por estadística. La tiramos en muy buenas calidades, simplemente por moda o por que nos aburre. Pero está bien para seguir usándola.
Alargar la vida de un coche es muy sencillo, hoy aguantan con facilidad 200.000 o 300.000 kilómetros con arreglos pequeños, pero lo intentamos cambiar antes de los 100.000.
Un teléfono móvil no hay que cambiarlo cuando la batería dura 5 días en vez de 8 sin tenerla que cargar.
La ropa puede durar mucho más de lo que realmente la usamos por estadística. La tiramos en muy buenas calidades, simplemente por moda o por que nos aburre. Pero está bien para seguir usándola.
Alargar la vida de un coche es muy sencillo, hoy aguantan con facilidad 200.000 o 300.000 kilómetros con arreglos pequeños, pero lo intentamos cambiar antes de los 100.000.
Un teléfono móvil no hay que cambiarlo cuando la batería dura 5 días en vez de 8 sin tenerla que cargar.
Simplemente tomando las decisiones más correctas se puede ahorra mucho, pero incluso si decidimos saltarnos estas normas de ahorro es bueno que conozcamos que son posibles, que son muy útiles.