El alcohol no es el mejor remedio para los problemas personales, es como ponernos una tirita sobre una herida de bala que sangra abundantemente. Cuando sustituimos las soluciones a los problemas por alcohol en exceso…, simplemente los estamos tapando para no verlos, pero como siempre que nos auto engañamos, lo malo no es el alcohol sino el uso que hacemos de él.
Un martillo sirve para clavar clavos… pero si lo empleamos para chafarnos los dedos la estamos jodiendo.
El alcohol puede ser agradable con mesura, degustando sus sabores en los momentos adecuados, en la compañía de lo que deseamos, sean personas o actividades contemplativas.
Pero si utilizamos el alcohol para resolver lo que nosotros mismos no somos capaces de resolver cuando estamos vacíos de elementos que nos hacen cambiar, nos estamos equivocando de herramienta. Cambiar nuestra forma de ver los problemas no ayuda a resolverlos, pues es muy momentánea su acción. Los problemas siempre requieren persistencia en los cambios y sobriedad en las acciones.
El alcohol puede ser agradable con mesura, degustando sus sabores en los momentos adecuados, en la compañía de lo que deseamos, sean personas o actividades contemplativas.
Pero si utilizamos el alcohol para resolver lo que nosotros mismos no somos capaces de resolver cuando estamos vacíos de elementos que nos hacen cambiar, nos estamos equivocando de herramienta. Cambiar nuestra forma de ver los problemas no ayuda a resolverlos, pues es muy momentánea su acción. Los problemas siempre requieren persistencia en los cambios y sobriedad en las acciones.
El alcohol es para disfrutarlo, no para disfrazar problemas viejos.