Se publican los datos sobre las balanzas sectoriales, o cuentas trimestrales no financieras de los sectores institucionales: hogares, empresas, sector público y sector exterior, referidos a la evolución en el tercer trimestre de 2012.
Como ya sabréis, estas cifras son el reflejo de las partidas de ingresos y gastos, así como de la capacidad de financiación o endeudamiento (derivado de que los ingresos sean superiores a los gastos o viceversa) de los diferentes sectores de la economía, y explica la interrelación que existe entre ambos sectores, en concreto, que la capacidad de ahorro del conjunto de la economía (sector privado más público) queda limitado por sus exportaciones netas.
Puesto que los datos no vienen desestacionalizados, las comparaciones hay que realizarlas entre mismos trimestres de diferentes años, por lo que veremos la evolución de estas cifras en los respectivos 3º trimestres de los diferentes años.
Hogares
Las familias reciben una serie de rentas. Pagan impuestos y reciben transferencias. Realizan su consumo. Lo que les queda es el ahorro. Descontada la inversión que se realiza con ese ahorro queda la capacidad o necesidad de financiación. Veamos como ha evolucionado todo esto.
La renta primaria de las familias ha bajado en 5.590 millones de euros en un año, casi un 3,4%. Sin embargo, la renta percibida por parte del sector público (transferencias menos impuestos) ha aumentado un 11%, hasta los 21.114 millones, de forma que la disminución de la renta disponible por parte de las familias ha sido algo menor, de 3.454 millones.
La caída venía ya intuyéndose por la caída del número del trabajadores en un 3,6% (como veis, números bastante parejos).
El consumo efectivo de las familias, aquel gasto que destinan para consumir, ha aumentado ligeramente en 442 millones, un 0,25%. El aumento en cambio, es bastante inferior al del año pasado, de algo más de 2.000 millones.
Descontado el consumo de la renta obtenemos el ahorro de las familias, que ha disminuido en 3.896 millones, llegando hasta la tímida cifra de 1.711 millones, una caída del 70% con respecto al ahorro acaecido el año pasado en el tercer trimestre.
Con esto, la evolución de la tasa de ahorro no hace sino seguir bajando.
Trato todos los datos en su versión neta, es decir, descontando la depreciación, pero puesto que los periódicos suelen decir la tasa de ahorro bruta la he puesto también, aunque la evolución es siempre la misma. Huelga decir que si seguimos así la tasa empezará a ser negativa. De hecho, en el computo de los tres trimestres que llevamos de año, las familias presentan un endeudamiento de casi 2.000 millones de euros, que contrasta con el superávit que tenían de más de 9.500 millones de euros en 2011. ¿Qué pasa si empezamos a ver una recuperación que se sustenta, de nuevo, en el endeudamiento de las familias? ¿Será entonces una noticia positiva?
Lo que está claro es que las familias, si bien siguen disminuyendo su deuda, el estrecho camino que les queda para hacerlo no es nada halagüeño.
Con unas menores transferencias de capital, la cantidad de dinero que mantienen las familias (una vez que han realizado su consumo) ha caído un 66%, hasta los 2.316 millones. La inversión neta (es decir, aquella que no tiene en cuenta la inversión necesaria para amortizar la depreciación), ha caído en 1-680 millones hasta los 546. Con ello, las familias mantienen una capacidad de financiación positiva, es decir, consumen e invierten menos de lo que generan, pero esta capacidad ha bajado un 60%, hasta los 1.770 millones. La capacidad de las familias por hacer frente a sus deudas, por tanto, es cada vez menor.
Empresas
Las empresas obtienen unos ingresos por sus ventas, el VAN. Una vez que han pagado salarios, rentas por propiedad e impuestos, lo que les queda es el ahorro, que menos la inversión realizada vuelve a mostrar la capacidad o necesidad de financiación.
Las empresas han obtenido unos ingresos de 103.085 millones, lo cual son 1.718 millones (un 1,6%) inferior a los del año pasado. Puesto que sus recursos, por motivo de la recesión, han disminuido (no tanto por una disminución del consumo privado sino por la caída del consumo público, necesario por las medidas de ajuste y austeridad que luego veremos), las empresas han tenido que disminuir sus gastos.
En concreto, los gastos se han reducido por la vía salarial, despidiendo a gente. Lo cual ha dejado 4.249 millones menos de gasto en asalariados (una caída del 5,6%). Esta caída es, en gran parte, la que genera la caída en la renta familiar de la que hablábamos antes y refleja el circulo vicioso en el que estamos. El sector público reduce consumo, las empresas venden menos, para mantener su ahorro disminuyen gastos en salarios, y la renta de las familias cae, cayendo, en ultima instancia su tasa de ahorro.
Las empresas también han pagado 624 millones menos de impuestos, lo cual ha permitido que estén algo más desahogadas que el año pasado.
Como los gastos en salarios han caído más que los ingresos, las empresas han aumentado su ahorro en 2.172 millones, hasta los 11.488 millones, un aumento del 23%. Sus inversiones han caído casi un 40%, hasta los 3.023, lo cual les ha permitido aumentar a casi el doble el saldo de ahorro neto (o la capacidad de financiación), hasta los 8.465 millones. La gran deuda del sector privado está en manos de las empresas, que necesitan hacer frente a esos pagos. Como vemos, las empresas han podido aumentar altamente su capacidad de financiación, aunque, negativamente, sea a costa del despido de trabajadores, y no de unas mayores ventas (aunque fueran al extranjero).
Sector privado
Si a las familias y a las empresas les sumamos la evolución de las instituciones financieras (que presentan una capacidad de financiación de 13.177 millones, un aumento bestial), obtenemos la evolución del sector privado en su conjunto.
En concreto presenta un aumento del ahorro de 7.172 millones, hasta los 26.767, y una caída en la inversión de 4.253 millones, hasta los 3.355 millones, lo cual, en suma, presenta un aumento de la capacidad de financiación de 11.425 millones, es decir, casi se dobla.
El 90% de esta mejora viene de las instituciones financieras. Ya que el aumento en la capacidad de financiación de las empresas se queda ligeramente superior a la caída de la de las familias. Hay un trade-off claro entre ellas cuando el consumo de unas son los ingresos de otras, y los gastos de personal de unas la renta de otras.
Sector público
El sector público obtiene recursos (por parte del sector privado) y reinvierte en el sector privado mediante sus empleos. Su evolución acabará reflejando el déficit público al que tanta atención le ponemos.
Vemos que los recursos del sector público han caído en 2.628 millones, hasta los 78.401 millones.
Esta caída se presenta por el descenso del 5,7% de la renta primaria (impuestos sobre producción), la caída del 1,3% de los impuestos corrientes (renta, patrimonio), y la caída del 3,7% en las cotizaciones sociales (en línea con la caída del número de afiliados).
Los empleos del sector público han seguido cayendo, aunque a una velocidad menor, como medida para reducir el déficit. De esta forma, han caído las prestaciones y transferencias en 194 millones, y ha caído el consumo final en un 5%, poco más de 1.000 millones, si bien la inversión si aumenta en 745 millones.
En total los empleos caen en 521 millones, un 0,52%.
Podemos ver la evolución del déficit mediante el ahorro y la inversión realizada:
El ahorro (recursos menos empleos, sin tener en cuenta la inversión), cae en 1.362 millones y se hace aun más negativo, sobre todo por la caída en los recursos del 30% (caída prevista por una recesión que afecta muy gravemente a los ingresos del sector público), y la inversión aumenta como ya hemos visto, de forma que el déficit se sigue agravando, en unos 2.107 millones.
El déficit hasta el 3º trimestre de 2012 es ya de 65.330 millones, más de 4.000 millones superior al que teníamos por esas fechas en 2011 que, por cierto, alcanzó una cifra de 100.400 millones. Veremos que nos tiene preparado Montoro, pero de momento la disminución del déficit no se ve por ninguna parte.
A través de la evolución del sector exterior, podemos ver la evolución en la capacidad de financiación del conjunto de la economía. Solo exportando más de lo que importamos, es decir, obteniendo dinero del exterior, podemos mantener una posición financiera positiva con respecto a este y, por tanto, podemos empezar a disminuir nuestra deuda externa.
El ansiado dato positivo en la balanza del sector exterior ha llegado, por fin, a España.
Nuestras exportaciones han aumentado un 6,5%, hasta una cifra de 89.172 millones, y nuestras importaciones se han mantenido a rajatabla, por lo que nuestro saldo exterior ha aumentado en 9.318 millones, hasta los 3.243 millones.
Habrá que ver estas cifras con calma, y compararlas con los datos de sector exterior que nos dio el INE con el análisis trimestral, pero de momento el aumento es una cifra que, esperemos, se mantenga.
El único problema es que el ritmo va en caída. En el 3º trimestre de 2010 las exportaciones aumentaron un 14%. En 2011 un 13%. En 2012 un 7%. Si seguimos así, la mejora dejará de tener efecto en poco tiempo.
De nuevo, podemos descomponer las balanzas sectoriales entre el sector privado, público y exterior.
El saldo de las tres debe dar cero, o, expresado en la conocida función:
S – I = G – T + X – N / Superávit privado = Déficit público + Saldo exterior
En el gráfico ponemos tanto el déficit público como el saldo exterior en negativo para contrastar el espejo que obtenemos.
Nos encontramos con un sector privado que tiene una capacidad de financiación de 23.412 millones de euros, respaldada por un déficit público de 20.169 millones y unas exportaciones netas de 3.243 millones.
El problema, viene por dos partes, una, que la mayoría de esta mejora del sector privado se mantiene en las instituciones financieras, y dos, que el empeoramiento de las familias lastra la buena evolución de las empresas de forma que, en conjunto apenas mejora.
La tasa de ahorro de las familias baja, el déficit público sigue en aumento y la recesión no tiene visos de acabar. La única buena noticia es el aumento de las exportaciones, pero el ritmo es cada vez menor, y de momento Europa parece que quiere seguir en la recesión un poco más de tiempo.
Espero que les haya resultado interesante esta visión gráfica de la evolución de las finanzas de nuestros sectores institucionales. Continuaremos en unos tres meses con el último trimestre de 2012. Es una pena que tarden tanto en dar estos datos, porque con tanto lag se hacen cada vez menos interesantes, pero al menos son un reflejo de lo que ha ocurrido, y una explicación de por qué estamos donde estamos.
Escrito por Miguel Puente Ajovin / @Caoticaeconomía