Me acabo de enterar por una entrevista en internet, a través de su hijo, que un conocido se murió hace dos años. La vida está llena de círculos que se acercan o se alejan, que te tocan de refilón o penetran dentro de ti. Cuando se alejas, los sigues manteniendo en el recuerdo, pero ya no los logras localizar junto a ti, han desaparecido excepto del recuerdo.
Su sonrisa era franca, potente. Su energía inmensa. Su exigencia con respeto, también. Fue cliente mío durante bastantes años, con temporadas duras de gran producción que nos obligaba a tener más contactos. No sé qué le ha podido, pero se lo trabajaba muy bien, conocía mucho lo que tocaba.
Este círculo ya no volverá.