Davos (donde se celebran los Foros Económicos Mundiales) es la concentración económica del momento. Reunión tras reunión, debate tras debate, el ambiente profesional y las inquietudes que se van absorbiendo, generando y transmitiendo hacen de la ciudad suiza un motor en marcha de ideas. ¿Pero de qué se habla exactamente en Davos?
La revista Time destaca cinco elementos que paso a comentar:
Bancos centrales, actuación y efectos económicos.
Entre el Mintthecoin que revolucionó la red y el mundo económico hace poco (parecía uno de esos crossovers especiales de los comics), la crisis que no se despega lo más mínimo de un mundo que se enfría y unos bancos centrales que parecen ser los únicos en poder actuar (los gobiernos están dormidos o rendidos), la preocupación recae, de nuevo por el lado de los precios. Ya se levantaron voces ante la FED y su papel tras una política que no deja a gusto a ningún bando.
Guerra de divisas
Ya comenté un poco el otro día que las cosas se estaban calentando un poco tras las declaraciones de japoneses y rusos. Todos los países intentarán mantener una moneda a la baja para potenciar sus exportaciones (y, por ende, su crecimiento) y eso puede, a la larga, empeorar la economía de todos.
El sistema financiero
Sigue dando problemas tras cinco años. Tras las propuestas de más regulación (que a su vez se llevaron sus contrarréplicas liberales), el tema se quedó estancado en un quiero y no puedo. El crédito sigue sin salir a la calle real. Esto se debería compaginar con la siguiente (llamada así) revolución en la teoría macroeconómica, que debería aunar el sistema financiero y el papel del crédito (y por ende de la deuda) en los vaivenes de la economía real.
Globalización y geografía económica
Dejen que me lleve un poco por mi rama, pero es que es así. Las multinacionales deciden en qué países instaurarse. Los países emergentes atraen empresas por sus bajos salarios, la menor regulación e impuestos más escurridizos, y los países avanzados se ven amenazados con una globalización que acabe por hacer desaparecer su industria. La potenciación de una economía domestica, tanto para potenciar el empleo como las finanzas públicas, se hace, como mínimo, un tema de incremental interés que copará cada vez más titulares. Con la concentración económica, empresarial y geográfica, son los países los que cada vez más demandan empresas, ofreciendo casi cualquier cosa por una inversión que ofrezca puestos de trabajo. En España, EuroVegas es el mejor ejemplo de lo que hablo.
Empleo, empleo, empleo.
Tras cinco años de recesión, el empleo sigue siendo una variable débil. Que nos los digan a los españoles. Capital humano, educación, innovación, conocimiento… son cuatro áreas que se erigen como la forma de potenciar una población que parece dormida, pero las cosas van a ser más complicadas y lentas de lo que ningún gobierno pueda vender. Más si cabe, si los que nos gobiernan dicen que sus tres preocupaciones a nivel económicos son el déficit, en primer lugar, el déficit, en segundo y el déficit, en tercero. El empleo no existe. El paro es una ilusión. Y Montoro (admitidme el pareado) un triste bufón.
Con la dispersión de problemas nos sobrevienen los debates. ¿Y el cambio climático? ¿Y la pobreza y la desigualdad? ¿Energía?
Ambos temas son ahora mismo también de mucha actualidad, con bandos que dicen y expresan elementos totalmente contrarios. Y mientras en Davos recorren sus callen los más profesionales del tema, los problemas seguirán estando. Esperemos que, si bien no se hallen respuestas, las preguntas nos hagan reflexionar, aunque sea un poco, a todos.