El aire movía el agua al caer hasta doblar la lógica y aquello me pareció simpático, no sé, era un aire que no se puede recoger, que no se ve ni tiene forma, quien doblegaba un gran chorro de agua que con fuerza caía contra el suelo.
Era la constatación de que incluso aunque no se vea, la fuerza oculta existe en algunos lugares, y que simplemente hay que tener sensibilidad para notarlo. Pero ojo, las fuerzas ocultas se notan en la cara, molestan, las perciben todos los que por allí pasan, no es necesario ser muy diferente para sentir el aire que dobla el agua, cuando choca contra los rostros de los observadores.