Se elije Papa, con o sin intervención del Espíritu Santo, y
quien crea que es un asunto menor para el mundo mundial se equivoca de media a media. Podemos estar o
no de acuerdo con la religión, con el Papa católico, pero su importancia en la
vida social del mundo no cabe duda y basta mirar sus andanzas del último siglo.
Su influencia es tremenda.
Cada uno podemos tener una idea clara de lo que hoy se
necesita en el mundo, y no digo católico pues trasciende su importancia hasta
impregnar muchos más sectores sociales y políticos, pero de poco sirve lo que
creamos cada uno de nosotros. Pero apuntemos algunas pinceladas.
Se necesita un Papa joven, aunque hay que entender “joven” a
mayores de 60 años y menores de 72 años.
Sería interesante un Papa americano o africano. Más el
primero que el segundo. Habría que huir de un Papa italiano.
Sería obligado que no fuera un Papa conservador aunque hay
que asumir que no hay bemoles para elegir un Papa progresista, que también hay
candidatos dentro del Cónclave.
Sería bueno que no perteneciera a Congregaciones de nombre
rimbombante y si un Papa más libre de cargas ya asumidas entre grupos de poder.
¿Y a quien tenemos?
Entre los españoles con muy pocas posibilidades a Antonio
Cañizares Llovera aunque ya es Prefecto de la Congregación para el Culto Divino
y la Disciplina de los Sacramentos del Vaticano. Es obispo de Barcelona Lluís
Martínez Sistach es un buen candidato pero sus 75 años de edad un problema.
Entre los americanos tiene posibilidades el brasileño Odilo
Pedro Scherer (muy conservador), de 64 años; el hondureño Óscar Andrés
Rodríguez Maradiaga, de 70 años; el estadounidense Timothy Dolan, arzobispo de
Nueva York, con 63 años; y el canadiense Marc Ouellet, de 68 años.
No quiero a nombrar ningún italiano, me niego. No creo en
ningún europeo que no fuera español pero con muy pocas posibilidades. No creo
que la Iglesia esté preparada para un Papa africano o asiático, aunque hay
algún candidato interesante. No creo que se atreva la iglesia a nombrar Papa a
Sean O`Malley de Bostón, un capuchino progresista que cambiaría la iglesia
totalmente.
Dicen que también cuenta un argentino que es casi italiano, Leonardo
Sandri de 69 años, también muy conservador y que no apartaría a los católicos
de la línea de las últimas décadas. Ojo con este que puede aunar todo lo
deseable dentro de la iglesia. América, Italia y conservador junto a una edad ideal para ser Papa.