Cuando las tardes se acaban y empiezan a dejar salir las noches, todo los colores son diferentes. Y si surgen tonos fuertes lo son más fuertes, y si puedes observar detalles tenues, lo son más suaves. La noche todo lo expande para que se note más con menos luz, lo débil y suave también.
Esta era una puesta de sol entre las montañas de Tarragona mientras el frío atacaba los rostros de los escasos asistentes a esa gran mesa de colores. Nadie decía nada, solo contemplaba. Al esconderse la luz, pensamos todos que aquel día se había muerto para dejar nacer la noche. Y nos fuimos jubilosos a la fiesta.