Nunca es fácil imaginarse el escenario de una guerra, por mucho que nos lo enseñan en los telediarios mientras estamos tranquilamente en el sofá. No olemos a guerra, no sentimos miedo, no hay ruido de muerte. Esta imagen es de la localidad de Sermeen, cerca de la ciudad de Idlib, de principios del año 2012. Da igual quien atacó y quien defendía. Quedó muerte y abandono, dolor y destrozo humano. Quedó miseria sin saber hasta cuando.
Idlib era una ciudad olivarera, de unos 100.000 habitantes, de uvas, almendros, higos y naranjas. Muy parecida a nuestra Jaén. Pero la guerra la ha convertido en una sombra, en un punto de disputa entre ejércitos rivales. En su Museo Regional se encuentran ( o encontraban) más de 17.000 Tablas de Ebla, enteras o pequeños fragmentos, que con más de 4.000 años de antigüedad da a conocer la historia de toda esta zona importantísima en el nacimiento de la civilización actual, con incluso bastantes datos que después fueron incorporados a la Biblia.
La imagen es del fotógrafo Zohra Bensemra, para Reuters