El terror va siempre unido al terrorismo. El miedo es el resultado siempre del terrorismo. Con los ataques terroristas solo se busca miedo, terror, paralizar la vida común, lograr cambios con acciones violentas pequeñas aunque nos parezcan enormes. Ese es el gran hándicap de la lucha antiterrorista; que es muy complicado evitar el terror por pequeñas que sean las acciones. Al terrorista es cada vez más fácil encontrarle y detenerle con las nuevas medidas y técnicas policiales, pero antes ya han ido sembrando de miedo y parálisis social a las personas que saben de su existencia.
Los medios de comunicación tienen el doble sentido complicado de encajar. El de la información y el de la colaboración. Es complicado asegurar en qué momento el primer derecho social de los medios interfiere en el otro, en qué momento y sin querer la información excesiva sirve para dar aire al terror y a los que lo propugnan más éxitos.
No existe un solo terror, las guerras en países de compleja historia están a la orden diaria de sangre, dolor, hambre y muerte. Muchas veces unos terrores se entremezclan con otros, pero siempre hay una constante. Los inocentes son siempre los que pagan los dolores.