Rajoy nos dice ahora que en el año 2014 saldremos de la crisis, de la que alguien en el año 2010 ya veía brotes verdes. Los desempleados siguen pasando problemas y no disponen de trabajo seguro, aunque el gran número de contratos mes disimule el drama al repartir el poco trabajo entre muchos que van cambiando.
Decir 2014 es decir a voleo un año, cuando lo que hay que decir es “cómo”. O sentamos las bases para crear empleo o no habrá 2014 ni nada que se le parezca y de momento no se está logrando revertir la caída en todo lo que se asemeje a salir de la crisis y a crear empleo. Seguimos reduciendo empleo público, por decir algo muy sencillo y en mano de los que pregonan el 2014 como al año de las lluvias en empleo.
Y lo grave no será que en el 2014 se reviertan la caídas, que esto sí es posible. Lo grave es que hemos caído tan bajo que lo que hay que hacer es levantarse, no basta ya con frenar y parar. Lograr que no haya más desempleo suena a tan poco que es una vergüenza nombrarlo. Es tan Hercúleo el trabajo que hay que hacer, que parece imposible sin una reforma en profundidad de TODO y TODOS. Pero no hay ganas ni fuerzas.
Solo el optimismo nos sacará de la melancolía, uno de los primeros pasos para salir de la crisis, así que como el 2014 cae lejos, debemos pensar que es posible y pelear por que lo sea. De entrada no nos vendría nada mal analizar qué debemos aprender mañana, pues todo día es bueno para acumular conocimientos.