Los malos caminos aparecen a veces como apetecibles, como fáciles incluso pues resultan entretenidos. Los malos caminos están llenos de entretenimiento, nadie se aburre en un mal camino, todo lo que te rodea aparece como apetecible. Pero hay que tener mucho cuidado en no caer pues las trampas están en cualquier recodo, en toda alegría fácil para la vista.
Visitar los malos caminos es fácil, más de lo que parece. Salir de ellos una vez que te has adentrado es mucho más complejo, pues la salida se esconde entre las bellezas de tanto matorral. Siempre que entres en un camino maravilloso a tus ojos, no pierdas de vista la salida o la meta final. Merece la pena saber salir.