El drama de
los desahucios, aunque se imaginaba cuando hablábamos todos del furor sin
control de las hipotecas a 35 años, nos ha caído como una losa en números
espectaculares. En los últimos 4 años han sido 400.000 desahucios, el 88% de
ellos de primera vivienda. Y nos quedan en trámite cerca de otros 200.000 que
si nadie lo cambia, terminarán con más familias sin hogar.
Curiosamente
España es el país con más viviendas vacías, sin comprador y que se envejecen
inexorablemente pues somos también un país que no es pionero en rehabilitación
de vivienda usada. Problema que destroza familias pero también lastra
brutalmente a los bancos y a nuestros sistema financiero y productivo, pues no
hay que olvidar que el sector de la construcción era muy potente en España.
¿Qué podemos
hacer, dado que la dación en pago con carácter retroactivo no parece ser
posible?
Sin duda una
refinanciación de las deudas hipotecarias es el buen camino. Posiblemente
refinanciación pública o con avales públicos, con un tiempo de carencia si se
ve viabilidad de pago, con bajos intereses, sin cobrar intereses de demorar
abusivos y usureros, alargando el periodo de amortización en los casos en que
sea posible, haciendo quitas como se hacen en la viviendas cuando salen a
subasta con un precio distinto a tasado.
Una vivienda
de desahucio es un activo tóxico en manos de bancos o de subasteros. Hoy es muy
complicado encontrar comprador, incluso a precios bajos. Pero mientras esa
vivienda está habitada es un activo positivo. La solución pasa por reordenar la
deuda, estudiarla y buscarles salida a medio plazo. Exigir la deuda ya
producida con intereses de demora brutales y gastos legales es condenar el
problema a otro problema mayor.
Y otro camino
que hay que explorar con urgencia de forma atrevida es la rehabilitación
urgente de las viviendas usadas, para dotarlas de más años de vida y más
calidad de servicios. En Londres por poner un ejemplo, las viviendas que se
venden tienen muchos años y están restauradas para acomodarlas a lo que hoy se
necesita. Es otra manera de crear empleo dentro de un sector en caída libre
desde hace 5 años.