El Instituto Nacional de Estadística publica los nuevos datos de crecimiento trimestral de España correspondientes al primer trimestre de 2013. El comienzo del segundo año de Mariano Rajoy, donde el impacto de sus medidas económicas abarca ya todo el espectro posible de la realidad económica.
Vamos a hacer un pequeño recorrido gráfico por los componentes de este periodo económico para observar dónde nos encontramos y dónde podemos esperar encontrarnos en el futuro más reciente (sin bolas de cristal, claro). Todos los datos serán tasas de crecimiento interanual (mientras no se diga lo contrario), y corregidas de estacionalidad.
Contexto internacional
Antes que nada, tenemos que contextualizar el crecimiento español con el de los países de su entorno. En un mundo cada vez más globalizado y tan abierto, y donde, además, parte de la recuperación económica se espera que recaiga (de hecho la gran mayoría) en el aumento de nuestras exportaciones, atender al mundo exterior se hace altamente necesario.
Estados Unidos y Reino Unido son, con diferencia, los países que, por el momento, parecen estar sorteando mejor la crisis, con crecimientos del 1,8% y el 0,6% respectivamente. El conjunto de la Zona euro en cambio va para abajo. Hasta Alemania decrece un 0,3% y solo Italia y Grecia parecen recomponer un poco sus tasas de decrecimiento, que, si bien disminuyen, también son de las más grandes del conjunto europeo.
La Unión Europea cae un 0,7%, y los países del euro aun más, un 1%. Todo un éxito de las políticas impulsadas desde Bruselas, desde luego, que han alargado la crisis un par de años más.
Por tanto, el crecimiento español hay que enmarcarlo en un proceso de recesión generalizada en el contexto europeo que es, además, el mayor demandante de nuestras exportaciones.
Evolución del PIB
Una vez contextualizado el espacio, queda el tiempo. ¿Cuál ha sido la evolución del PIB en los últimos trimestres?
La producción del primer trimestre de 2013 es un 7% inferior a la del primero de 2008. Una caída no muy grande si la comparamos con otros países y con el increíble aumento de la tasa de paro.
Podemos ver como a partir del cuatro trimestre de 2011 el crecimiento empezó a recrudecerse. No es cierto, como dicen ahora los del PP que 2014 puede ser el primer año de crecimiento de los seis años que llevamos de crisis. Pues en 2011 ya crecimos un tímido 0,4%. Este agravamiento, este segundo ciclo de la crisis, ha seguido disminuyendo nuestra producción. En este ultimo trimestre, la producción es un 2% inferior al del año pasado, caída superior a la del trimestre anterior que cayó poco más del 1,9%. Esto implica que no solo hemos seguido decreciendo, sino que el ritmo de esta destrucción productiva ha ido en aumento.
Sin embargo, a la vista del gráfico, sí que parece que hallamos alcanzado cierto suelo en el ritmo de decrecimiento y que en los trimestres siguientes podríamos esperar una cierta disminución del ritmo tan negativo que nos está acusando actualmente.
Ahora vamos a descomponer y analizar más detalladamente los componentes de este decrecimiento económico.
Demanda interna y externa
La primera operación es dividir la producción entre la demanda exterior neta (exportaciones menos importaciones) y la demanda nacional (es una división que no me gusta mucho, luego veremos en detalle otra). En un contexto de devaluación interna se pone toda la carne en el asador de la demanda externa, que deberá crecer más de lo que decrecerá la demanda interna. Veamos como ha ido.
Podemos ver un distanciamiento aun mayor de ambas demandas. Así, la demanda de los españoles ha caído un 4,9% interanual. Debido a la menor renta, al aumento de paro, a la disposición de una mayor renta hacia el pago del endeudamiento privado y a las políticas de austeridad impulsadas desde el sector público, la demanda que nuestro país puede aportar es cada vez menor, y sigue cayendo cada vez a mayor ritmo.
Por suerte, la demanda externa ha seguido creciendo, aumentando en este caso un 2,9%, debido al aumento de nuestras exportaciones y la caída de nuestras importaciones.
Detalladamente, podemos ver como las exportaciones han aumentado un 4,5%, mientras las importaciones han caído un 5,1%. El aumento del ritmo exportador es una buena noticia, pero tiene escondidos ciertos huevos algo podridos. Por ejemplo, que llevamos dos trimestres seguidos donde las exportaciones están cayendo (en tasas trimestrales han caído un 0,9% en el cuarto y un 1,3% en este primer trimestre de 2013). El aumento en tasas interanuales se debe a la caída que hubo ya en el primero de 2012.
Si atendemos al gráfico de las exportaciones en niveles, vemos que ni siquiera estamos en la tendencia que teníamos antes de la crisis. Esto nos da un panorama no muy positivo del sector exterior. Si bien se registran datos positivos en el crecimiento interanual, si no se produce un giro en la evolución europea (y las economías de nuestro entorno empiezan a crecer) nuestro sector exterior se resentirá cada vez más).
Si mejora mucho nuestro sector exterior neto es, sobre todo, por el cambio en la tendencia de las importaciones, que caen porque la demanda de los españoles es cada vez menor. También hay cierto componente de sustitución entre importación y consumo interno (en dos trimestres ha bajado un 1% la cantidad de demanda que importaos), pero como vemos sigue estando por encima de años previos a la crisis, por lo que no podeos hablar de un cambio importante en las tendencias de la estructura de consumo de los españoles.
Ahora vamos a descomponer la demanda nacional (consumo e inversión).
Consumo
El consumo de las familias ha caído un 3,9%. Como vemos, el ritmo de caída cada vez es mayor. Esto se explica, en primer lugar, por la caída del empleo, que envía cada vez a más familias a no ganar lo mínimo exigible para una mantener a una economía (familiar y global) sana. En segundo lugar, debida a esta devaluación interna, la renta de los asalariados cae un 6,1% y puesto que el empleo está cayendo al 4%, la renta por trabajador ha tenido que estar cayendo.
Por otra parte, la renta empresarial (excedente bruto) sí que ha estado aumentando en torno al 2,6%.
Así, por segundo trimestre consecutivo, las rentas empresariales superan (según el INE, otras fuentes no dan esta división ya que incluye a los autónomos como rentas empresariales) a las rentas de los asalariados:
El pequeño repunte se debe a que la caída del trimestre anterior fue mucho mayor (del 8%) por la paga extra que se elimino a los funcionarios. Pero la devaluación interna continúa, de eso no hay duda.
Inversión
Podemos ver como la inversión sigue cayendo a tasas importantes, del entorno del 9%. Sin embargo, el ritmo de caída se ha reducido. Este dato es verdaderamente importante porque denota una anticipación al crecimiento que está por venir (los bienes de equipo son los medios necesarios para la producción). Aun así, aun falta un buen trecho para que alcancen cifras positivas.
La construcción sigue con su tasa habitual de caída, aunque también parece repuntar algo.
Producción por sectores
Por sectores, vemos como el único sector que registra un crecimiento positivo es el sector primario (agricultura, ganadería…), que crece un 0,6%. La industria aumenta su ritmo de decrecimiento y cae un 3,9%. El sector servicios hace lo mismo y cae un 1,3%. En cambio, el sector de la construcción sí que reduce si ritmo de caída, hasta un -6,3%.
Podemos ver una caída en los servicios educativos y de sanidad del 0,8% (gracias a los recortes impulsados por nuestro gobierno), un aumento de las actividad inmobiliarias del 0,4%, y una tremenda caída tanto del sector comercial (hostelería y transporte) del 2,2% y la caída del 1,8% en servicios de información y comunicaciones (el cambio de modelo productivo se aleja lentamente).
Entonces… ¿Cómo estamos?
Los datos de este mes tienen mucha miga.
En primer lugar, hemos visto un empeoramiento del contexto europeo, que ha hecho que nuestras exportaciones entren en un triste declive aunque las cifras de crecimiento interanual siguen reflejando un aumento.
La caída del empleo y de la renta ha potenciado la caída de la demanda interna y las importaciones (ambas caen a mayor ritmo), lo cual ha hecho que entremos en superávit en nuestra balanza comercial.
La inversión parece empezar a querer repuntar, pero queda aun un buen trecho para que se registren datos positivos. Y los únicos sectores que parecen ir mejorando son el sector agrario y la construcción.
Para este año aun no se han anunciado nuevas medidas de austeridad que puedan añadir más madera a la locomotora que es el decrecimiento económico actualmente instaurado en el panorama europeo. Pero las finanzas públicas se siguen resintiendo, y desde Bruselas ya nos han pedido aumentar el IVA y bajar pensiones, lo cual no puede sino seguir destruyendo demanda y, a medio plazo, empeorar las condiciones de salida de la crisis.
Lo cierto es que todo parece encarar hacia los menores ritmos de decrecimiento que anteceden al crecimiento económico. El problema, no obstante va a ser como maniobrar el barco para no volvernos a quedar encallados, y qué hacer con el total de parados de larga duración que vamos a tener a la espalda una vez que empecemos a crecer lentamente.
El reloj del ciclo económico está a punto de entrar en zona de recuperación, pero la traducción del ambiente macroeconómico en la recuperación a nivel real será algo complicado. Y no debemos olvidarnos de que toda recuperación que se sustente en el empobrecimiento de los españoles no es ninguna recuperación real.
Un saludo y gracias por leer hasta el final. Le recuerdo que puede seguirme en twitter en @caoticaeconomía.