La duración de nuestras pasiones, de nuestras felicidades y deseos, de nuestros gozos, no dependen de nosotros. Son tan inestables como la duración de nuestra vida, que tampoco podemos decir nunca cuanto va a durar, en qué día se acabará.
Así que solo nos queda disfrutar de todas ellas cada momento, en cada instante en que las poseemos, pensando siempre que no sabremos nunca cuando las podremos repetir, cuando volverán a estar cono nosotros.
Solo gozando al máximo el momento feliz podremos ser realmente felices en el ahora y en el futuro cuando los recordemos.