Sin duda es la grasa que hemos acumulado en nuestro cuerpo la que nos convierte en obesos, en más gruesos de lo que deberíamos para la buena salud, según nuestra altura y nuestra edad. ¿Pero por qué la grasa se queda en nuestro cuerpo en vez de desecharse o convertirse en energía?
Es lo que no queda claro a los científicos; por qué la grasa decide (nuestro cuerpo decide) quedarse pegada a distintas partes de nuestro cuerpo como reserva de energía para un futuro. Podríamos desecharla sin metabolizar o simplemente destruirla hacia las heces, pero decidimos sin darnos cuenta que es mejor guardarla como energía futura, cuando en realidad ya nos sobra las reservan abundantes que tenemos adheridas al músculo o a otras zonas almacenes de grasa.
Todos conocemos personas que son genéticamente delgadas o con peso normal, aunque coman todo lo que les viene en gana. Sin duda su metabolismo lo gestiona de otra manera que los que nos convertimos en obesos. ¿Por qué?, pues en gran parte por la manera en que nuestro laboratorio corporal procesa lo que tomamos y en qué medida tomamos más proteínas, hidratos y/o grasas.
Pensamos que sobre todo influyen las grasas que tomemos de más, pero hay pueblos enteros distribuidos por el planeta que por desgracia no pueden tomar todas las grasas que quisieran y en cambio tienen obesidad, muchas veces mal repartida por el cuerpo. No es la grasa que procesan lo que les convierte en gordos sino lo mal que procesan los muchos o suficientes hidratos de carbono que toman.