Vuelve a acertar el PP cuando desea de viva voz y fuerte que Bárcenas se acabe
de una puñetera vez, aunque sea a costa de más chanchullos amenazantes o de más
trampas a la luz de la sociedad. Bárcenas es una rémora para el PP y hay que
acallarlo a costa de más luz.
Y hay que decirlo con la calma de los que nos creemos lo que decimos. Hay muchos en el PP, militantes o algunos
dirigentes 8aunque los menos) no tienen nada que ver con los años grises
marengo de un Bárcenas tramposo con sus viajes a Suiza y sus millones
aparecidos desde la “casi” nada.
La política española no puede seguir permitiendo que no
vayan a la cárcel los que la hacen y además se ríen del resto. Mal está
jodernos a todos, pero peor reírse en la cara con rostro de pillos y de chulos
de colegio mayor.
El PP necesita lavar la cara de la política y dar el primer
paso al frente. Caiga quien caiga, pues es el único camino para recobrar un
poco de credibilidad.