Dejar de beber alcohol es una tarea complicada, costosa, pero si has llegado hasta aquí es casi seguro que tienes fuerza para intentarlo. No te voy a decir nada sobre los problemas que tiene el alcohol sobre tu libertad, a estas alturas ya lo sabes, vamos a marcar solo algunos pequeños puntos para empezar a volver a la normalidad.
El trabajo duro lo tendrás que hacer tú, aunque cuentes con ayuda. Los médicos y la familia, tus amigos y tu entorno te van a ayudar, pero serás tú quien decidas siempre. Ya lo estás haciendo.
Los médicos te darán medicaciones que te ayudarán a calmar la ansiedad, algo fundamental para entender todo el proceso que ahora te hará cambiar. Hay varios tipos y si no te funciona alguno de ellos, te lo irán cambiando por otro. Hay pocos efectos secundarios, pero también los tienen controlados.
Recuerda que el alcohol, que creías un buen amigo, en realidad es un enemigo al no poderlo controlar. Debes entender que ya no te ayudará nunca más, que debes buscar alternativas, otros amigos, pues tu propio cuerpo y tu forma de pensar ya te ha indicado hace tiempo que es una mala compañía.
Los médicos te harán un plan de abandono de la bebida. No suele funcionar bien dejarlo todo de golpe, es mejor controlar poco a poco el proceso, organizarte y organizarlo, hacer caso a los profesionales y cumplir con lo que quieres hacer. Si pretendes dejar de beber en 10 días están condenándote al fracaso más sencillo pues la tarea es muy dura, durísima. Controla el consumo, programa poco a poco el camino hasta la meta.
Antes de beber esa cantidad que estás rebajando cada día, come. Y toma alimentos para aguantar más y pare reducir los deseos de tomar alcohol. No te dejes llevar por el deseo, simplemente controla y domina tus deseos. Si hoy toca una, SOLO una. Si ahora toca una a la semana, haz lo imposible para conseguirlo.
Bebe mucho agua. Al menos entre 2 y 3 litros cada día. Te limpiará el cuerpo de toxinas.
Tira a la basura todo el alcohol que tengas en casa. No dejes nada, ni para invitar a los amigos. Ellos tampoco lo necesitan y aunque pueden hacer lo que quieran, cuando estén en tu compañía no pasa nada por que les ofrezcas un té, unas limonadas, unas bebidas de cola, unos zumos o unas bebidas preparadas por ti mismo pero sin alcohol. Puedes convertirte en un experto en bebidas sin alcohol, pues hay muchas posibilidades.
Intenta por todos los medios desahogarte, descansar, llorar si lo necesitas, buscar alegrías, reírte y hablar con amigos o familiares. Cuanta tu experiencia, tus avances y tus dudas. Pero si dices que has dejado de beber, hazlo solo a los más íntimos. Al resto diles que estás perdiendo peso, que te han encontrado colesterol o triglicéridos en sangre. Y que es peligroso no cuidarte con urgencia. Mentir a veces es defender la verdad.
No acudas con amigos a los que les gusta beber, sobre todo con aquellos con los que perdías el control y mucho menos con aquellos que no entienden tu decisión. Si no te respetan, no merecen la pena como amigos. Escapa de las situaciones en las que terminabas bebiendo. Bien sean reuniones o cenas de trabajo, de amigos, etc. De momento, si estás empezando, no te pongas en peligro con trampas que te dominarán con facilidad.
Si recaes no es por falta de fuerza, por ser tonto; no te sientas culpable aunque lo seas, eso te bloquea y te dejará falto de defensas mentales. Simplemente vuélvelo a intentar y ahora con más experiencia lo harás mejor.
Mete en una hucha el dinero que te estás ahorrando con la bebida. Y dedícalo a vicios que te agraden: a clases de yoga, a viajar, a relajarte, a música, a un libro, a un aparato electrónico o a un nuevo teléfono. Haz un regalo a tu pareja y recuérdale que lo has comprado con el ahorro del alcohol. Puedes hacer una cena romántica pero sin nada de alcohol. No lo necesitas. Cámbialo por velas olorosas, por una buena carne, por unos aperitivos diferentes.
En las primeras semanas son buenas las vitaminas del tipo B, pero el médico te las recetará si así lo considera.
Haz un diario con tus impresiones, apunta los avances y los fracasos. Sé sincero y no lo entregues a nadie, al menos hasta haber dominado por completo el proceso de abandono del alcohol.
¿Cuándo has dejado de beber?, nunca. Ni tú ni yo. Siempre podemos volver a caer o caer de nuevo. Yo nunca he caído en el alcohol aunque bebo esporádicamente. Nadie me libra del error. Pero si han pasado 90 días desde que ya NO tomaste nada de alcohol, podemos decir que lo has vencido en primera instancia. Ahora hay que ser prudente, saborear los cambios, darte cuenta de que ya eres distinto y saber qu puedes, que si quieres puedes. No te des confianza gratuita, es un peligro caer. Pero eres capaz y eso significa que eres fuerte. Muy fuerte.-