En idioma japonés, Reiki significa «energía vitual universal». Traducido al idioma coloquial japonés sería como la energía vital y natural que todos tenemos, que es la que nos da la vida y que hace funcional el alma o el sistema de energía interior que nos mantienen vivos.
Sirve sobre todo para armonizar de forma natural los desperfectos interiores de las personas, los desórdenes emocionales, aunque algunos van más allá y aseguran que también cura enfermedades físicas. Sin duda lo que el Reiki representa es una disciplina espiritual que ayuda a la meditación y relajación y a encauzar la energía natural propia o ajena para resolver problemas.
Algunos hablan de un monje zen, Mikao Usui, como redescubridor en el año 1922 de estas técnicas que se consideran milenarias en la cultura japonesa. Otros aseguran que en el año 1937 una mujer hawaiana de ascendencia japonesa
llamada Hawayo Takata, trajo hasta Occidente uno de los secretos mejor guardados del país de sus antepasados. Aquejada de varias enfermedades tanto pulmonares como gastrointestinales, aquella mujer volvió a Tokyo con sus padres para, entre otros asuntos, procurarse atención médica adecuada. Cuenta la leyenda que en la mesa de operaciones, donde el cirujano ultimaba los preparativos para extirparle el apéndice, Takata comenzó a escuchar una voz. Una voz que susurraba: «no necesitas esta operación». Decidida, Takata renunció a la cirugía y en su búsqueda de terapias no invasivas encontró la milenaria técnica del Reiki.
Cuando su delicado estado de salud fue evolucionando favorablemente, y tras la II Guerra Mundial, Takata volvió a Hawái y enseñó lo aprendido durante 30 años siendo la puerta de entrada a Occidente de esta técnica milenaria para encontrar la salud.
Hoy en España cada vez son más las personas que practican reiki, o conocen a alguien que ha recurrido a él. El escepticismo científico alrededor de esta disciplina, calificada como simple placebo o técnica de relajación durante años, contrasta ahora con el hecho de que personal sanitario de hospitales como el Doce de Octubre o el Ramón y Cajal de Madrid hayan recibido cursos de Reiki para ofrecérselo a diversos pacientes.
Considerada como una terapia alternativa, pocos usuarios saben explicar al detalle en qué consiste. A priori, el Reiki es una técnica en la que el terapeuta canaliza energía vital (ki) del exterior y la proyecta hacia sí mismo o hacia otras personas. Esa energía desbloquea las zonas del receptor en las que el “ki” ha quedado enquistado y ha contribuido a crearle un mal anímico o de salud.