Imaginemos a un trabajador, casado y con un hijo, por el que la empresa pacta un total de sueldo en 14 pagas de 16.800 euros brutos anuales. Unos 1.200 euros brutos mensuales en 14 pagas o 1.400 en 12 pagas.
La empresa tiene que pagar su parte a la Seguridad Social, desempleo, accidentes y FP, que representa un total de 497 euros adicionales por 12 meses. Es decir, a la empresa ese puesto de trabajo le sale por 22.764 euros año.
De los 16.800 euros brutos que cobra el trabajador tiene que pagar sus 1.075 euros a la Seguridad Social, desempleo y FP. Y por su situación personal (un hijo) debe pagar como IRPF un 9% del bruto, es decir otros 1.512 euros al año.
El sueldo neto que le queda es de 14.213 euros año. Que divididos en 14 pagas representan 1.015 euros netos al mes. Pero a la empresa le ha costado 1.626 euros al mes. Casi el 38% de lo que realmente cuesta un sueldo bajo, no llega a las manos del trabajador. En caso de sueldos altos, la diferencia es más elevada.
Habría otras fórmulas posibles. Ahora se apunta a que cada sujeto tenga que pagar sus impuestos, todos, y no que sea un sistema de reparto entre empresa y trabajador. Es un sistema que funcionaría si las empresas no quisieran con esto bajar los costes salariales, pues con la reforma no pagarían a los trabajadores lo que realmente cuesta hoy cada puesto de trabajo, así que mucho cuidado con los cantos de sirena que escondes nueces coconas y agusanadas.