Luis Bárcenas ya nos come bien. Sí, ya ha dejado de comer solo frutas en la cárcel y ahora ya acude al comedor como todos los presos.
Se va acostumbrando al trullo. Sí, aunque nunca deja de utilizar la gomina ni de fumar puros de marca. Y ahora ya tiene lejía para limpiarse la habitación y el cagadero. No queda claro si lo hace él mismo o paga para que se lo hagan, que en la cárcel todo tiene su precio.
Todo un señor. Un señor preso, eso si. Intentando salir cuanto antes mejor, con ayuda de los que se necesite para ello, no se vaya a cabrear y le de por tirar de la manta, jodo, jodo.