Nada como una buena viñeta para comprender mejor el asunto de Gibraltar, para encontrarle solución sencilla y reírnos de lo que va camino de ser una metedura de pata del tamaño de un submarino. De momento ya estamos jugando con la Armada con la pasta que cuesta mover los barcos. Y lo complicado que es meter a los militares en los cuarteles a poco que los saquemos a pasear. En fin, tomemos el humos con cubitos, para que esté fresco.