Estamos entrando y saliendo desde hace más de dos décadas en la III Guerra Mundial. Pero casi no se nota. Desde agosto de 1990 vamos caminando sin parar dentro de una Guerra Mundial, limitada a una gran zona del mundo que va moviéndose a derecha e izquierda del mapa, logrando medias paces y abriendo medias nuevas guerras.
Parece el sino de estas dos décadas que nos esforzamos en que sean tres. Somos unos exagerados, como bien dice Forges en esta viñeta de El País, sobre todo por que las guerras ahora ya no son como las viejas y se notan menos donde no hay muertos por bombardeos. Deseamos que se limiten, pero miedo nos da a muchos que seamos tan imbéciles como parecemos.