A veces ver el Telediario es más peligroso que ver comentarios en programas rosas, hablar de sexo en horario infantil o insultarse acaloradamente. Nos vamos acostumbrando a las noticias reales como si fueran segmentos de películas de ficción. Y las dejamos ver a todo ser libre, sin asumir que a veces las interiorizamos para restarles protagonismo, importancia, valor. Nos vamos acostumbrando a todo.