Existen patologías que afectan a un mayor número de personas durante el verano.
· Una de ellas es el agotamiento, que surge al cabo de varios días de calor y por una mala hidratación y sudoración excesiva. La deshidratación es muy habitual.
· Debido al intenso sudor se pierden muchos líquidos.
El agotamiento es el preludio de dolores de cabeza, cefaleas, calambres, dolores de articulaciones, etc...
· Bajo la influencia de altas presiones atmosféricas (anticiclones) son más probables las trombosis y las embolias.
Ello viene propiciado por el espesamiento de la sangre a medida que pierde lentamente su componente acuoso.
· En el caso de personas con arterias coronadas delicadas, las posibilidades de sufrir un infarto de miocardio se incrementan a partir de una temperatura de 30º.
· Además los cambios bruscos de temperatura (bochorno tras tormenta) favorecen las molestias reumáticas, jaquecas, dolores de cabeza y migrañas.