Un estudio de la Universidad de Navarra asegura que tomar una copa de vino al día reduce el riesgo de tener depresión, algo que contraria lo que hasta ahora se había dicho siempre, que el alcohol es perjudicial para enfermos deprimidos.
Tras un estudio entre 5.505 personas de ambos sexos, entre 55 y 80 años (media de 67 años), durante (en algunos casos) siete años se concluyó que la ingesta entre 5 y 15 cl de alcohol al día reduce drásticamente las posibilidades de caer en depresión. Esto supone entre dos y siete bebidas alcohólicas a la semana, según su grado de alcohol.
El estudio siempre está basado en depresiones de intensidad baja o moderada, en trastornos unipolares y en personas adultas, con dieta mediterránea y con consumo básico de alcohol de vino y no de otros tipos de alcoholes más refinados o complejos.
Si bien el estudio concluye con claridad que los bebedores moderados de vino gozan de menos posibilidades de tener depresión, no queda claro el motivo de esto. Puede ser que ya su forma de comportamiento social, su dieta más mediterránea, su manera de entender la vida les predisponga a tomar un vino en las comidas en la misma dirección que les aleja de caer en la depresión o en la tristeza y ansiedad. Sin duda parece también seguro que superar el consumo moderado o bajo del alcohol predispone a la gravedad de las depresiones soportadas.