Tipologías de la salud en pacientes mayores o de tercera edad


La tipología de pacientes mayores son, en términos generales y desde un punto de vista clínico cuatro: anciano sano, anciano enfermo, anciano frágil y paciente geriátrico.

La población mayor de 65 años no es en absoluto homogénea. Por ello, personas con edades similares, presentan características de salud totalmente diferentes. Consecuentemente, en la práctica clínica hay que diferenciar los distintos perfiles de personas mayores. Las siguientes son las definiciones que de manera aproximada tienen consenso en el ámbito médico:

Anciano Sano: es una persona de edad avanzada sin enfermedades.  Es independiente para realizar sus actividades básicas e instrumentales en su vida cotidiana y carece de problemas mentales o sociales graves y relacionados con su salud.

Anciano Enfermo: Se llama así al anciano sano que presenta una enfermedad aguda. Es decir, su perfil es similar al de cualquier adulto que presenta una enfermedad y que acude a una consulta o tiene un ingreso a un hospital por un proceso único. No tiene demencias ni conflictos sociales que generen riesgo a su salud. Sus problemas de salud pueden ser atendido con la especialidad médica pertinente.

Anciano Frágil: Conserva su independencia de manera precaria, tiene alto riesgo de entrar a una situación de dependencia. Generalmente es una persona que, aún teniendo una o dos enfermedades de base, puede valerse por sí misma gracias a que conserva un correcto equilibrio con su entorno social, familia y sí mismo. Es independiente en el desarrollo de sus tareas básicas pero para el desarrollo de tareas instrumentales más complejas puede necesitar ayuda. La principal característica en este tipo de personas es el riesgo a volverse dependiente o tener una situación continuada de discapacidad. Tiene alto riesgo de generar síndromes geriátricos.

Paciente Geriátrico: persona de edad avanzada con una o más enfermedades crónicas y evolucionadas que intervienen directamente en un estado de discapacidad. Son dependientes de para realizar las actividades cotidianas básicas y presentan una alta incidencia de enfermedad neurodegenerativa. En este tipo de paciente hay progresión a la dependencia y presenta más esfuerzos en la atención sanitaria.
La práctica geriátrica abarca la atención de los mayores en un sentido amplio pero los dos últimos perfiles son los que constituyen su población de atención principal, porque los más débiles y pacientes geriátricos son los que más necesidad tienen de la atención especializada en geriatría.