Todos tenemos algo de síndrome de Diógenes de Sinope.
Coleccionamos objetos, sabores, sensaciones, amores, basuras viejas. Casi todo
lo que acumulamos ya no nos sirve, es pasado. Puede que nos sirvió a ahora solo
sean recuerdos, pero los mantenemos vivos para revivir viejos tiempos felices.
La austeridad de Diógenes de Sinope es la antítesis de la
acumulación de riqueza, de poseer por sentirnos mayores al tener más. Pero lo
llevamos en los genes, queremos ser más y más poderosos, aunque sea de basuras
o de amores rotos.
Creemos en que poseer nos dará eternidad, pues los bienes
perdurarán. También esto es falso.