Los peores, los más feos, se esconden para hacer más daño


Tal vez estés pensando que eres feo, muy feo incluso. Tranquilo amigo, nada es insuperable. Este pez está acobardado, es feo de narices, es decir, precisamente sus narices le ayudan a ser todavía más feo. 

No se trata de que nos parezcamos al pez para llegar a ganarle en ridículo, pero piensa que siempre hay peores que cada uno de nosotros, aunque no los conozcamos. 

Los disformes mentales no suelen hablar, solo actúan para fastidiar. Los peores de cada casa no son los que aparecen dando la cara, suelen esconderse para hacer más daño.