En los días previos a una operación acudimos al anestesista para comentar con el especialista aspectos sobre la anestesia más acorde a nuestra operación.
En la visita previa al anestesista se da una serie de normas que hay que cumplir con rigor, e indicarle si fumamos o consumimos alcohol algún tipo de droga.
Cuando nos van a anestesiar es conveniente ir en ayunas, pues el contenido gástrico podría llegar a la laringe o a los pulmones y provocar complicaciones respiratorias en la operación.
Durante una operación el anestesiólogo vigilará nuestras constantes vitales (respiración, pulso, temperatura…), y se ocupará también de la reanimación del paciente tras la operación o si fuera necesario durante la misma.
En el transcurso de la operación se sabe si el paciente esta suficientemente dormido para proceder a operar, y se realizar los ajustes convenientes para evitar un despertar precoz.
Las ultimas técnicas usan las ecografías para localizar los nervios y determinar la zona que se deberá anestesiar sin usar anestesia general, que se intenta utilizar lo menos posible.