Tener información a veces es malo. Te obliga a
tomar partido, a saber, a opinar, a incluso muchas veces tener que tragar cosas
que no te gustan y que la mayoría no detecta.
En un Centro Comercial una joven con cuatro
hijos y su madre han comprado y pagado con un vale de Ayuda Social. La propia
cajera le ha ido diciendo qué productos podían entrar en la cuenta 1 y qué
productos era mejor que los pagara ella con dinero. No ha sido mucho, la
verdad, el importe de la cuenta 2, pero deberían ser más “listas” y comprar
en dos veces distintas. Casi nadie se da cuenta de esto, pero los que sabemos
de las numerosísimas personas que necesitan de estas ayudas para sobrevivir,
odiamos el mal uso más que nadie.
La sociedad actual lo está pasando muy mal en
España, pero hay que mantener las formas. Hay que hacer mucha pedagogía social,
mucha. Y acabar cuanto antes con las
ayudas opacas a cambio de justicia social y funcionamiento más lógico, para un
siglo nuevo como este. La gente sobre todo necesita trabajo. Igualdad de derechos. Futuro.