Da igual es lugar, es un cementerio europeo posiblemente lleno de caídos en alguna guerra absurda.
Una viuda o una madre dolorosa camina en busca de una cruz. De un recuerdo. De un trozo de tierra. Nada más.
Ninguno de los caídos en las guerras logra ganar la libertad. Todos mueren por un territorio, por una sociedad que es la primera que los olvida.