En Aragón las viviendas de segunda mano que se venden duplican a las viviendas nuevas vendidas. Y nos sorprende poco una realidad manipulada y además lógica.
En los tres primeros trimestres de 2013, en Aragón un 65% de vivienda usada y un 35% de vivienda nueva. En 12 años hemos pasado de terminar en Aragón unas 18.000 viviendas nuevas al año a terminar menos de 2.500 viviendas.
1/ No se hace vivienda nueva pues los constructores ni se les espera ni se sabe si existen. Algunas iniciativa muy localizada, alguna cooperativa y poco más.
2/ Los promotores no sabe a qué precio hay que vender una vivienda nueva, pues el mercado sigue cayendo cada trimestre. Y los compradores no saben qué está bien o mal comprado.
3/ Los bancos solo dan crédito para las compra venta de vivienda que se realiza con sus propios activos inmobiliarios. Solo dan crédito para cambiar de sus contabilidades ladrillos por créditos hipotecarios.
Así es casi un milagro que se puedan vender viviendas nuevas que no se terminan o no se inician. Pero además hay que entender que la calidad de la vivienda debe ser más alta para que permita una durabilidad de más tiempo como sucede en muchos países. La rehabilitación de viviendas usadas es una asignatura pendiente en España.