En la vida estamos constantemente vendiendo cosas. Vendemos parte de nuestra propia vida, el tiempo vital, nuestros sentimientos, las ideas y proyectos, las relaciones, nuestras ideas o nuestro equipo de fútbol.
Cuando queremos convencer a alguien le estamos vendiendo nuestra forma de entender las cosas. ¿Crees que eso no es vender? Si piensas así es que crees que vender es algo negativo.
Y no nos preocupemos…, quien nos escucha lo sabe, asume que le estamos vendiendo “algo”. No nos debe dar vergüenza en utilizar los mecanismos de venta más normales, los mejores, los más modernos, los lógicos para cada situación.
Vendemos política, ayudas, educación, productos, amores. ¿Es duro asumir todo esto? Pues lo será si no lo aceptamos como tal o si entendemos que vender es algo malo.
Vendemos pero cuidado, también nos venden.
Estamos rodeados de gente que nos intenta vender sus ideas, sus actos, sus necesidades, sus proyectos, sus productos. Si ellos saben hacerlo mejor que nosotros, estamos perdidos en una batalla desigual por no querer aprender.
Aceptemos que vender es algo habitual y normal. Y a partir de este momento aprendamos. Y recuerda que solo los que saben vender saben además comprar con más defensas.