Ningún polítido debe sentirse respetable si antes ha tenido que tragar esto ocultando a sus ciudadanos la presión ejercida sobre un país entero, sobre su gestión política, sobre sus ideas, sobre su sistema democrático de elección para gobernar.
La sociedad está callada, doblegada también, cansada, alejada de los problemas reales pues se siente manipulada y utilizada. Ha dejado de creer en el Sistema y esto es asunto grave. Así que los silencios de todos deberían acompañar las barbaridades sociológicas de unos pocos. Cada vez es más lúcido quien avisa de que contra peor, tal vez sea mejor.
Entre los silencios algunos siguen abusando todavía más, pero queda claro que solo los líderes son capaces de gestionar y estos, o no existen o están escondidos o son unos viejos cansados. El futuro no se está escribiendo, luego viene en carrerilla por las sendas de los mecados. Atémonos los cordones que ahogan.