Cuando tenemos una caída importante, bien en la calle o en casa, lo primero que sentimos es dolor en alguna parte de las extremidades inferiores. Algo normal pues hemos sometido a los músculos a un esfuerzo o tensión extra. Si al tratar de ponernos de pie nos resulta complicado y sentimos dolor añadido es necesario acudir a un centro médico.
Lo más común que nos puede pasar es una torcedura de tobillo que fácilmente desencadena en un esguince o distensión muscular. Puede salir además un hematoma si se rompe algunos vasos sanguíneos por muy pequeños que sean. Con un esguince se recomienda reposo, vendaje compresivo o tobillera y algún antiinflamatorio, así como la aplicación de frio en la zona dañada.
Por lo general no resulta difícil caminar —despacio eso si— al día siguiente, aunque si es con dolor de grado máximo se precisan muletas. El período de curación es de 21 días aproximadamente. Recordar que si el dolor persiste con las horas o hay algún otro síntoma, se debe acudir a un médico de familia.
Si el dolor es fuerte y persiste pasadas unas horas desde el percance e incluso no somos capaces de permanecer de pie es posible que nos hayamos fracturado ligeramente un hueso o llevemos una fisura. Si la fractura es toral es imposible ponerse de pie.
En tal caso, tras comprobar el alcance de la lesión con radiografías, se colocará una férula de escayola, con un vendaje para evitar mover esa pierna.
La férula se lleva entre 30 y 40 días, aunque el traumatólogo decide en revisiones periódicas lo que se debe hacer, según se encuentre la pierna.
Se recomienda en este período no apoyar la pierna en el suelo, ingerir alimentos ricos en calcio, tomar ibuprofeno o lo que sea recomendado para el dolor si lo hubiera.
La sensación de no caminar es muy extraña, no puedes hacer en solitario cosas habituales, pero es cuestión de tiempo superarlo. Aunque parezca increíble, los huesos se sueldan y tras unas semanas inmovilizado —que debes tomarte en plan vacaciones y distraerte— al cabo de este período, te será retirado el yeso, se te colocará una venda y podrás caminar de manera progresiva y con muletas los primeros días.
Tu médico te mandará hacer rehabilitación bien en casa o en un fisioterapeuta, para coger fuerza en ambas piernas, pues al inmovilizarse pierden fuerza. Los ejercicios en tu casa son muy sencillos y se entienden con muy pocas explicaciones, dependiendo del tipo de fractura que se ha tenido.
Durante cualquier proceso de rehabilitación es fundamental la ayuda de familiares y sobretodo paciencia y fuerza, porque con eso se vence cualquier batalla.