Hoy la publicidad es sobre todo imágenes, impactos visuales, nada de texto. Si acaso un apunte que permite llevar a una marca o a una dirección donde ampliar la información. El lector dedica muy pocos segundos en ver una publicidad, décimas de segundo en muchos casos. O se logra atraer desde el impacto visual que es mucho más rápido y se retienen más tiempo o es imposible retenerlo con los textos. En vídeo siempre podemos jugar con el sonido para atraer atención, pero en publicidad estática hay que recurrir a la calidad de la imagen, su forma y sus colores.
Desde la mirada al perro se recorren los zapatos ascendiendo hasta la corbata para terminar en la mirada del modelo que se desplaza a nuestra derecha. Antes habremos visto los pies desnudos para terminar queriendo leer el epqueño texto superior.
Este anuncio de la revista ICON, sin serlo completamente, nos lleva a quedarnos mirando más tiempo del habitual. La vista se nos va a los pies del modelo, jugando con el perro que no mira y obliga a mirar por si hay duda, a los pies del hombre. El texto muy bien colocado nos lleva a leerlo si deseamos desentrañar el secreto de la imagen. No lo tiene, simplemente quieren jugar con los tiempos de visión, de lectura. Con la atención del espectador publicitario.