Hoy he visitado un gran y nuevo supermercado de comida ecológica y similares. Una gran superficie en donde había de todo pero de marcas poco conocidas para los neófitos en este tipo de alimentación y a unos precios claramente superiores al que consideramos normal.
Un bote de garbanzos solo cocidos costaba casi tres euros y tenía el caldo de la cocción un color que los harían no vendibles en el resto de supermercados al uso. Los cereales o legumbres en crudo estaban sobre unas tres veces (o incluso algo más) de lo que costaban en la misma ciudad, cerca del mercado del Born, en un almacén de producto seco muy conocido.
Efectivamente estamos hablando de productos ecológicos, cultivados naturalmente y sin productos químicos, o al menos eso aseguran en los envoltorios. Pero la diferencia de precio me ha parecido excesiva para que este tipo de productos puedan entrar en hogares normales. ¿Estamos seguros de que este es el camino correcto para controlar mejor y más la alimentación habitual? Más al observar que gran parte de los clientes eran jóvenes.