La sociedad está irascible. Hoy en la estación me he dado de bruces con dos incidentes verbalmente violentos, uno con una azafata y otro con una guarda de seguridad, y sin importarme las razones si se observa un tono desmedido en las formas. Esta noche junto a los conflictos vecinales en Melilla -que parecen más entendibles- han saltado muy violentamente otros en Burgos, ciudad tranquila sobre el papel social.
Las personas en España estamos en tensión y además a la defensiva. Al quitarnos derechos mayores entendemos que los menores son los únicos que nos quedan y estamos dispuestos a defenderlos con toda la fuerza. Las personas necesitamos poseer respeto y seguridad entre nuestros derechos y si nos quitan unos, magnificamos los que van quedando, aunque vayan siendo muy poco importantes.
Esto supone que defendemos con más ahínco los pocos que poseemos o creemos poseer. Cuando nos convencen -tras quitarnos los importantes- que ya no poseemos ninguno, cualquier ave que nos estorbe con su volar la intentamos comer cruda. ¿Os suena esta pequeña parábola a algún otro momento de la historia de España?