Yo compré una vivienda por 200.000 (por poner un ejemplo) de la que terminaré pagando 300.000 por los intereses. Ya he pagado de hipoteca 100.000 y le debo al banco 200.000, pero ahora está vivienda vale 150.000 aunque si la quiero vender rápido no lograría sacar más de 120.000. Quien la construyó se gasto en su fabricación 150.000 pero no tenía nada de liquidez y pidió al banco todo lo que le costaba que con los intereses le representaba una deuda de 200.000 de los que no ha pagado nada por la crisis y se los debe todos todavía al banco.
Es decir, el banco ha recuperado 100.000, prestó 350.000 pero aun le quedan por cobrar 400.000; aunque la vivienda ahora no vale más de 120.000. Jope qué lío.
Como el banco no tiene nada claro poder cobrar, ha empaquetado esas deudas y se las ha vendido junto a muchas otras a una financiera buitre, creo que oriental, al precio de 40.000 por la parte de esas dos hipotecas no cobradas y de complicado reembolso. Los buitres lo primero que han hecho ha sido endosarles el asunto a un despacho de abogados de Detroit pagando por adelantado 5.000 para que lo gestionen y estos visto el paquete lo han troceado en pequeños paquetitos que han vendido a inversores jubilados de diversos países a un precio proporcional de 185.000 del que esperan recibir una rentabilidad del 5,4% al año durante una década por lo que al final cobrarán 285.000 si no se hunden antes los buitres. ya entiendo que ahora cada vez hay menos gente que se fía, pero haberlos "hailos".
Todos parece que han perdido o han ganado, pero unos más que otros. Aunque la pregunta es más complicada. ¿Cómo apuntamos todas estas operaciones en las contabilidades nacionales, bancarias, personales? Si analizamos lo que representan en el PIB cada una de estas operaciones, y las deudas las apuntamos como cobrables engañando o no, tendríamos a un banco y una constructora que hacen un buen negocio. Pero si los apuntamos como fallidos tenemos el caos.
La inmensa mayoría del dinero que se mueve nunca ha existido, son solo números que se deben o se prestan, se pagan o se cobran sin sustento físico. Y las deudas son físicas y reales para los pobres y deudas de papel para los ricos. Así de simple. Los pobres tenemos que pagar con horas de trabajo y los ricos con más papeles, con más intercambios contables.