Llevarse el dinero a Suiza es de lo más fácil señores. Ya no
se lleva en maletines, pues en realidad ya ni se lleva. Vamos que sus billetes
de 500 euros nunca van a Suiza aunque los tengan apuntados en una libreta de
papel que pone el nombre de un banco suizo. Y usted si es de los que confían en
un banco suizo lo sabe.
Ni usted tiene que ir a Suiza, Luxemburgo o Andorra, ni sus
billetes de verdad van nunca a estos países. Ni usted tiene que ir a Suiza o
Andorra a sacar el dinero si quiere cash. Está todo organizado sin moverse de
casa.
Los billetes que usted entrega a una persona para que se los
ingresen en su propia cuenta de Suiza o Andorra simplemente se los dan a
alguien que esa misma semana necesita líquido y ha solicitado que se lo traigan
de su cuenta suiza. Ni va ni vuelve. Solo cambia de manos, con el
correspondiente pago por los viajes que no se hacen, a cambio de que todo sea
opaco y negro. Solo necesita un teléfono del intermediario, de la persona de
confianza, del banquero que vive en su mismo país y que es el que hace todo por
usted, apuntando y desapuntando. Es como una Caja de Ahorros pero sin oficinas
y sin que el Estado pueda controlar los movimientos. En realidad le daría igual
si se lo llevan a Suiza o se lo juegan a los chinos, mientras usted crea que
están respaldados por alguien serio. Lo mismo que hace con un banco español de
toda la vida, que tampoco sabe donde terminará el billete de 50 que acaba de
ingresas o la nómina que le han apuntado con una suma de números en su
libretita. Todo mentiras y más mentiras. Solo números.