El dibujante Juan Berrio nos lo dice con claridad: —¿No sabes que volar es más importante que trabajar?
Lo dice el niño y el padre pone cara de circunstancia. No se lo cree. Los padres nos solemos equivocar mucho por haber perdido los nortes y estar ya doblegados por lo establecido, por el poder y el uso.
Si la imaginación de los niños la hubiéramos sabido mantener, su creatividad y su ilusión, sus ganas y deseos de conquistar el mundo; mucho mejor nos hubiera ido a todos nosotros. Pero siempre hemos necesitado criados y esclavos. También ahora. Y los esclavos no deben tener iniciativa ni sueños imposibles.