Un anciano y refugiado afgano en Pakistán camina hacia la carretera principal a través de una calle resbaladiza llena de barros y charcos, tras la lluvia en un barrio pobre en las afueras de Islamabad capital de Pakistán. Durante más de 30 años Pakistán ha sido el hogar de una delas comunidades de refugiados más grandes del mundo. Y siempre lo hemos visto desde el resto del planeta como algo inevitable. En estos lodos es normal que la violencia esté presente en constante aumento.