Toda manifestación multitudinaria sufre el efecto de la
manipulación o del uso equivocado del lugar para plantear efector perversos. En
esa Transición que ahora algunos catalogan de cobardía era muy habitual que en
las manifestaciones se infiltraran elementos de extrema derecha, sujetos de las
fuerzas armadas o de los cuerpos de seguridad, para manipular las
manifestaciones hacia la queja violenta. También se infiltraban para desde
dentro controlar a los elementos que les parecían peligrosos. Entonces el
peligroso era el que pensaba, en que tenía capacidad de liderar, el que parecía
controlar las ideas.
Estos trucos de manipulación social se siguen manteniendo y
hay que tener sumo cuidado con ellos. Si además se suman en las manifestaciones
que reúnen a muchos colectivos, gentes violentas de las de verdad, el caldo que
surge es peligroso.
Peligroso para los organizadores sobre todo que pueden
sufrir el desboque de sus ideas hacia otras previamente organizadas para
generar violencia.
Esta imagen es de hoy en Madrid y está dando varias vueltas
por los medios. El lema de la pancarta es duro, ilegal, asqueroso. La imagen de
sus portadores con las caras tapadas dice claramente que saben que aquello
generará conflictos. Son las 20 horas y todavía es pronto. Pero hay que tener
mucho cuidado con las manipulaciones.
El texto es muy triste: “Mata a tu alcalde o a tu liberado sindical
antes de que lleven escolta”