Desgraciadamente la violencia de este fin de semana en Madrid
no es un hecho puntual ni será una realidad en disminución sino bien al
contrario, algo que desde la policía saben que va en aumento, tanto en cantidad
como en formas y modos.
Hay una parte de la sociedad que ya no es capaz de aguantar
más las situaciones de desempleo, de desamparo, de injusticias. Y esta parte de
la sociedad se queja constantemente empleando todos los sistemas que conoce. Ellos
solo son el caldo de cultivo en el que crecen los violentos. NO SON los
violentos, pero muchos de ellos animan o alientan o comprenden o desean la violencia
como única manera de salir de su agujero social.
Seguimos hablando de que esto es sociología básica. Es el
comportamiento del ser humano cuando se le pone contra la cuerdas de su futuro.
Si a un gran número de personas les restas su futuro y además lo dejas
desamparado o más desamparado que antes y encima su situación dura
excesivamente unido a que nunca ve salida a su situación actual, su única
respuesta será la aprobación de la violencia. Insisto, es lo básico en
sociología.
Cuando hemos convertido la democracia en una dictadura disfraza
de democracia la gente se rebela pues ya conoció otras formas de ser
gestionados. Si sumamos a esto su declive como personas pero sobre todo como
familias por una excesiva duración de la crisis, el cabreo es inevitable. Pero
lo duro es que tras esta situación puede que vuelva la normalidad teórica, pero
quedarán secuelas sociales entre un gran número de personas, heridas de miedo,
de resquemor, de desafección social, todo un entramado social más complicado de
resolver.